What do you think?
Rate this book
242 pages, Paperback
First published January 1, 1960
It is a pleasure to carry out the duties of a citizen and to receive in return a receipt or a neat styrene card with one’s name on it certifying, so to speak, one’s right to exist. What satisfaction I take in appearing the first day to get my auto tag and brake sticker! I subscribe to Consumer Reports and as a consequence I own a first-class television set, an all but silent air conditioner and a very long lasting deodorant. My armpits never stink.
We were all pretty good drinkers and talkers and we could spiel about women and poetry and Eastern religion in pretty good style. It seemed like a fine idea, sleeping in shelters or under the stars in the cool evergreens, and later hopping freights. In fact this was what I was sure I wanted to do. But in no time at all I became depressed.
…it comes over me that in the past few days my own life has gone to seed. I no longer eat and sleep regularly or write philosophical notes in my notebook and my fingernails are dirty. The search has spoiled the pleasure of my tidy and ingenious life in Gentilly.
“El dinero es mucho mejor que la belleza…la búsqueda de la belleza por sí sola es una forma de prostitución. Hace dos años yo perseguía la belleza y pasaba del dinero. Escuchaba las hermosas melodías de Mahler y sentía una dolencia en el alma. Ahora persigo el dinero y en el fondo me siento mejor.”No se fíen, Binx puede ser tremendamente irónico y hasta cínico. De hecho, Binx proyecta su angustia sobre toda esa gente que, hundida en su rutina, parece no advertir el vacío de su existencia, de su desesperación inconsciente (“… la condición específica de la desesperación es exactamente esta: no tener conciencia de estar desesperado, la cita es de Kierkegaard y abre la novela)”; “tan parecidos como los guisantes de una vaina”, solo le parecen reales cuando padecen, cuando odian, cuando mueren. Este es el contexto en el que Binx siente su “malestar”, la sensación de ser un extranjero lejos del hogar cuyo paradero ha olvidado.
“El malestar es el dolor que conlleva la pérdida. Se te ha perdido el mundo, el mundo y la gente que lo habita, y solo quedáis tú y el mundo, y ya no eres más capaz de estar en el mundo que el fantasma de Banquo.”Para contrarrestar el “malestar”, Binx recurre al dinero, que gana con suma facilidad, a las conquistas femeninas, que no le duran mucho, y al cine. Las películas y el comportamiento de los actores parecen más reales que el mundo que está delante de la pantalla, es más, dota a este de la realidad que parece faltarle. En último caso, consigue distraerle temporalmente de su desazón.
“He aquí un fenómeno producido por el cine, al que denomino certificación. Hoy en día, una persona que vive en un barrio cualquiera, no suele sentir ese sitio como lugar certificado. Es probable que lleve en él una vida triste, y que el vacío que siente sea algo que se expande y que afecta al barrio entero. Pero si esa persona ve una película en la que sale su barrio, se le abre la posibilidad de vivir, al menos por un tiempo, como alguien que vive en Algún Lugar, y no en Cualquier Parte…”Pero no es suficiente. Binx lo sabe, por lo que emprende lo que él llama “la búsqueda”: hallar una individualidad que le dote de peso, dé razón de ser. No se trata de una búsqueda del sentido de la vida. Aunque Dios se le apareciera, nos dice Binx, nada cambiaría; descubrir el remedio del cáncer o componer la más hermosa de las sinfonías no es lo bastante bueno para él. Su problema es dotarse de una presencia real e independiente del resto, no ser uno Cualquiera en Cualquier parte.
“¿Estoy, con mi búsqueda, cien millas por delante de mis compatriotas o cien millas por detrás?”Binx no va a estar solo en esta búsqueda, a su lado estará su prima Kate, también sufriente, pero por causas y con modos muy distintos. Si en Binx impera la apatía y la frialdad, Kate es depresiva y con tendencias suicidas (“El suicidio es lo único que me mantiene viva”); si Binx busca la individualidad, Kate, que no se siente a la altura de lo que de ella se espera, anhela ser “una persona cualquier en cualquier parte”, creer completamente en alguien y obedecer.
“Una noche me resbalé en la chimenea y me caí al fuego. ¿Te puede creer que fue un alivio sentir un dolor físico tan intenso? El infierno no puede ser de fuego, hay cosas peores que el fuego.”Cuántas veces he pensado en Holden Caulfield leyendo la novela. Binx experimenta una transición que me recordó bastante el conflicto adolescente del joven protagonista de “El guardián entre el centeno”. También Binx odia el artificio y la afectación, por lo que su lenguaje es directo, espontáneo y hasta pueril en alguna ocasión. Es muy crítico con esos hipócritas adultos que hay por todas partes tan faltos de la autenticidad y de la individualidad que dicen cultivar. Y quizás Kate pueda ocupar al lado de Binx el lugar que Phoebe tenía junto a Holden.
“La gente me pregunta a menudo qué es lo que no funciona en este mundo… es una pregunta interesante. Sin embargo, he observado que en realidad nadie quiere escuchar una respuesta”
“The fact is I am quite happy in a movie, even a bad movie. Other people, so I have read, treasure memorable moments in their lives: the time one climbed the Parthenon at sunrise, the summer night one met a lonely girl in Central Park and achieved with her a sweet and natural relationship, as they say in books. I too once met a girl in Central Park, but it is not much to remember. What I remember is the time John Wayne killed three men with a carbine as he was falling to the dusty street in Stagecoach, and the time the kitten found Orson Welles in the doorway in The Third Man.”
What is the nature of the search? you ask. Really it is very simple; at least for a fellow like me. So simple that it is easily overlooked. The search is what anyone would undertake if he were not sunk in the everydayness of his own life."
My mother's family think I have lost my faith and they pray for me to recover it. [...] My father's family think that the world makes sense without God and that anyone but an idiot knows what the good life is and anyone but a scoundrel can lead it.
I never worked so hard in my life, Rory. I had no choice: the alternative was unspeakable. Christians talk about the horror of sin, but they have overlooked something. They keep talking as if everyone were a sinner, when the truth is that nowadays one is hardly up to it. There is very little sin in the depths of the malaise. The highest moment of a malaisian's life can be that moment when he manages to sin like a proper human (Look at us, Binx -- my vagabond friends as good as cried out to me -- we're sinning! We're succeeding! We're human after all!).